La crisis del coronavirus que vivimos tiene unos orígenes muy diferentes a la última del 2007/2008.
La crisis del 2007/2008 se fundamentó en la elevadísima exposición de los bancos al crédito inmobiliario, tanto en su aspecto de crédito promotor, como en forma de hipoteca, concediendo crédito a las familias que adquieren viviendas.
La magnitud del peso financiero de la concesión de préstamos por parte de la banca, llegó a ser tal, que se financiaron proyectos de promoción inmobiliaria, casi sin inversión de fondos propios. Algo parecido pasó con la concesión hipotecaria para la compra de la vivienda, donde se financiaban a las familias en un 100% del precio de la propiedad, e incluso más. En definitiva, fue una burbuja inmobiliaria, que estalló, en cuanto los precios sufrieron inicialmente una leve caída.
Durante estos años (2007-2019) el mercado ha tenido que ir absorbiendo el exceso de oferta existente y amortizando créditos incobrables. Sin duda, una tarea ardua y enormemente costosa.
Por otro lado, la crisis del coronavirus es de origen sanitario, un origen bien distinto. Es de suponer que su solución vendrá de la superación de la pandemia existente.
Los efectos negativos en la economía en casi la totalidad de los sectores irán de la mano de la problemática sanitaria y su solución. Por supuesto, la solución trascendente es encontrar una vacuna, y mientras tanto el aislamiento social, el uso inteligente de los test y la utilización de mascarillas, van dando bastante resultado, allí donde se aplican. No podemos precisar la duración de la solución sanitaria. Sin embargo, se piensa en periodos mucho más cortos que la burbuja del 2007.
Aunque la obtención de una vacuna pudiera darse en un año, la resolución del problema sanitario está claro que no va a suponer la inmediata mejora de los diferentes mercados. Sin embargo, podemos decir que será el inicio de la recuperación.
En lo que afecta al sector inmobiliario residencial, la variable que tradicionalmente se ha relacionado con su evolución es el empleo. Parece que la UE está decidida a inyectar en las economías, la cantidad de dinero necesaria para relanzar las economías. Por cierto, una cantidad enorme de dinero.
Como conclusión, refiriéndonos al mercado inmobiliario residencial, principalmente la vivienda usada, lo que podemos decir a día de hoy, es lo siguiente:
– Actual paralización del sector.
– Puesta en marcha y recuperación: se producirá más rápidamente en función de la resolución de la crisis del coronavirus.
– Acción conjunta de la UE, para financiar la recuperación del empleo.
– No existen motivos estructurales para una crisis prolongada.