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La situación económica para algunos jóvenes españoles les pone muy complicado dar el paso de independizarse. Y si hablamos de comprar una casa en la que vivir, todo se complica más. No es hasta los 33 años, de media, cuando los jóvenes españoles firman la compra de su primera vivienda, mientras que, en el alquiler de un piso, la barrera se fija en los 27 años.
Entre los motivos que alargan la edad a la que se emancipan los jóvenes para comenzar una nueva etapa en su vida, destacan la precariedad laboral juvenil y la dificultad para obtener financiación bancaria sin contar con ahorros. Con una tasa de desempleo que alcanza el 32,8% entre los menores de 25 años (a septiembre de 2019), la capacidad de ahorro del colectivo es muy limitada.
Así, sólo uno de cada cinco jóvenes españoles (21%) de entre 16 y 29 años vive independizado. No es hasta pasados los treinta años cuando los datos se elevan considerablemente, con un 49% de las personas que decide comprar una vivienda, mientras que el 43% apuesta por el alquiler.
En este sentido, con las condiciones habituales en la firma de una hipoteca, para la compra de una vivienda estándar con un valor de 250.000 euros, un joven necesita contar con el 20% del precio total del inmueble, lo que supone tener ahorrados 50.000 euros. Por otra parte, en el caso de querer alquilar, y partiendo de que deben depositar una fianza de dos meses de una renta media de alrededor de 750 euros en las grandes ciudades españolas, la inversión inicial mínima para los jóvenes asciende a 1.500 euros.
Por otro lado, la edad a la que se asoman los jóvenes españoles al mercado del alquiler no es mucho menor. De media, hasta los 27 años no son capaces de entrar en una vivienda propia como arrendatarios. Entre los jóvenes de entre 30 y 34 años, el gasto en el alquiler ocupa más del 60% de su salario, lo que agota sus ahorros de cara a una futura compra.
Estudio de donpiso.